domingo, 10 de marzo de 2013

Impresiones de una noche de marzo

Han pasado casi dos meses desde mi última entrada, ¡lo siento! No tengo excusa, pero al menos habéis podido disfrutar de las experiencias de las otras bloggers en mi ausencia. En este tiempo han pasado muchas cosas. Acabé mis exámenes y me fui a Londres en una excursión de un día (de los más locos de mi vida). Acto seguido, volví a Colonia con Bea para los famosos Carnavales, unos días que jamás olvidaré. Y empecé el segundo cuatrimestre.

La verdad es que este cuatrimestre pintaba bastante bien: ya había hecho 37 créditos en el primero, así que podría estar más relajado. Además, finalmente había conseguido aprobar todo (¡hasta el alemán!), con lo que me quitaba un gran peso de encima. Como comenté anteriormente, no tenía pensado seguir cursando neerlandés, pero cambié de opinión en el último momento y me apunté al nivel 4, con la consecuente modificación del acuerdo de estudios. Es una decisión de la que no me arrepiento en absoluto, porque he mejorado muchísimo (por fin lo noto) y la clase es mucho más dinámica que en el nivel anterior (aunque el horario de 18:10 a 21:45 sigue siendo casi insoportable).

Este cuatrimestre entro todos los días a las 10:30, casi todos los días tengo solo dos horas y me gustan mis clases. Eso sí, el alemán no ha hecho sino complicarse más, y esta vez preveo que tendré que esforzarme el doble que en el primer cuatrimestre. Las buenas noticias son que he encontrado trabajo como profesor particular de español en un pueblecito llamado Kortrijk, y aunque tenga que viajar en tren varias veces a la semana, espero poder ahorrar lo suficiente para montármelo muy bien en julio. Mis planes son viajar, recibir alguna que otra visita y disfrutar de las fiestas de Gante.

Pero si pudiera cambiar algo de este cuatrimestre, sería sin duda mantener a todos mis amigos del primero. Desde mis vecinas del kot a mi grupo del curso EILC, the 7 Nations Army, con los que ojalá hubiera hecho muchos más planes, porque eran geniales. Es verdad que casi todos los españoles se han quedado y que ha venido gente nueva, pero no es suficiente para llenar el vacío. Si leéis esto (o al menos la traducción de Google), sabed que os echo mucho de menos. 

¡Pero no hay que deprimirse! Hace más de un mes que tengo el billete para ir a ver a mis amigos polacos en abril, y estoy haciendo planes para visitar a los demás. Muchos también han prometido volver, y espero sinceramente volver a verlos por aquí. Pero mejor esperaos, que otra vez han bajado las temperaturas y parece que va a nevar. Por otra parte, he comprado un billete a Vilnius con otras tres amigas del kot, y tenemos la intención de explorar Lituania y algo de Letonia.

Supongo que eso es todo. Después de tanto tiempo me sigue encantado Gante y no pierdo la oportunidad de echar un día de sol en Graslei o de coger mi bici. Intento solucionar los problemas que se me presentan lo mejor que puedo y aunque aún quedan más de cuatro meses, ya vislumbro el final del camino. Porque lo más importante de todo es saber que lo que estamos viviendo aquí y ahora es temporal y que cuando nos queramos acordar ya se habrá pasado.

Lo siento por esta entrada que poco puede ayudar a los futuros Erasmus, pero tenía ganas de escribir algo un poco más personal. Os dejo con algunas fotos de algunos momentos del primer y segundo cuatrimestre.








(Espero que no os importe que utilice vuestras fotos. Si queréis que elimine alguna, sólo tenéis que decírmelo).
¡Gracias por leer!